Libro "Luezas y Trevijano, las villas anexas a Soto de Cameros" (autor: Roberto Calvo Torre)



Trevijano fue aldea de Leza de Río Leza. Ambas poblaciones pertenecieron al monasterio de Santa María la Real de Nájera hasta finales del siglo XVI, época en la que quedaron bajo el dominio directo de particulares. Diferentes señores lo ejercieron hasta bien entrado el siglo XIX.
Luezas perteneció a don Fortún Ochoa y sus descendientes, los llamados Fortuniones, uno de cuyos miembros la donó al monasterio de San Prudencio de Monte Laturce en el siglo XII. A finales del siglo XV se hizo con su dominio don Diego Arista de Zúñiga, quien la vendió al Señor de los Cameros. Éste y sus descendientes fueron sus poseedores hasta la supresión de los señoríos.
Los municipios de Luezas y Trevijano fueron absorbidos en los años 70 del siglo XX por Soto de Cameros. Tanto una localidad como la otra perdieron su nombre y personalidad, como entidades independientes, para incrustarlas en la de Soto. Ya no tendrían facultad de administrar los bienes que hasta la fecha les pertenecían, la línea mojonera con Soto desaparecería y le correspondería a esta villa hacerse cargo de todos los bienes, derechos y obligaciones que les atañían con anterioridad.
Sin embargo, a pesar de la situación agónica, con el paso de los siglos tanto una población como la otra habían forjado una idiosincrasia particular y diferenciadora que es necesario reivindicar. La mejor forma de hacerlo es darlas a conocer mediante el estudio de las noticias históricas relacionadas con dichos pueblos que aún estén a nuestro alcance.
Hacer mención de Luezas es referirse a asuntos como el monte de Galciarresa, comunero con Terroba; la romería a la ermita de Nuestra Señora de Royuela, o la asociación de propietarios del Monte El Carrascal. Por su parte, cuando se habla de Trevijano se alude, entre otros temas, al dolmen del Collado del Mallo, las Fuentes del Restauro, el monte El Encinar, los nabos de Aido o las berzas de Mariluezas. Al oír estas denominaciones se hace fácilmente comprensible la necesidad que se tiene de conocer la toponimia de estos territorios. Acceder al entendimiento profundo de estas villas pasa por un amplio estudio de los lugares donde se desarrollaron los aconteceres cotidianos de sus pobladores. Es por ello necesario hacer una recopilación rigurosa de los topónimos, investigar los parajes a los que hacen referencia y ubicarlos de forma rigurosa en los mapas.
En consonancia con la idea, se ha realizado una recogida de nombres de lugar acudiendo a fuentes orales, contactando con los mejores conocedores de cada jurisdicción, y realizando el vaciado de fuentes documentales tanto escritas como cartográficas, documentación que abarca desde finales del siglo XV hasta la época actual.

Mediante el acceso físico a todos y cada uno de los parajes, corrales, fuentes, chozos pastoriles y otros elementos de la toponimia, se ha realizado un análisis de lo que cada uno aporta a la historia global de la población a la que pertenece, elaborándose dos diccionarios de toponimia, uno para cada territorio en estudio. Estos documentos han sido incluidos en el soporte informático que se adjunta con el libro.

Se ha plasmado de forma exhaustiva toda la toponimia recogida, sobre mapas pertenecientes al Gobierno de La Rioja, que una vez completados se han incorporado a la edición impresa.
Se antojaba inaplazable la realización de este estudio, no cabía dejar que pasase más tiempo, porque son ya pocos los ancianos con los que se cuenta, que todavía pueden aportar sus vivencias y conocimientos no solo sobre la toponimia, sino también sobre los diferentes aspectos de la vida de la gente en el pasado.
Además de las salidas al monte para conocer in situ las jurisdicciones en estudio, y los contactos personales con los informadores, hay que añadir el ingente trabajo de inmersión en los fondos documentales. Se ha realizado una amplia búsqueda de noticias históricas relacionadas con estos pueblos consultando documentación existente en diferentes archivos locales, regionales y estatales, en una labor de varios años de investigación.

ROBERTO CALVO TORRE
Es profesor de Matemáticas en Educación Secundaria desde 1987. El interés por conocer su historia familiar lo llevó en 1993 a investigar al Monasterio de Yuso, ya que desciende por vía paterna de San Millán de la Cogolla. Amplió sus búsquedas genealógicas en otras poblaciones, especialmente Soto de Cameros, pueblo del que también desciende. De este modo se fue introduciendo poco a poco en el estudio de diferentes aspectos de esta villa camerana. Fue coautor del libro Hijos Ilustres del Camero Viejo, publicado en 2005 con el patrocinio del IER y del Ayuntamiento de Soto. Contribuyó en la elaboración de las guías informativas de dicho municipio, editadas por su Ayuntamiento. Fue autor del libro Diccionario de toponimia de la jurisdicción antigua de Soto de Cameros, editado por el IER, que fue publicado en 2012. Colaboró con la Real Academia de la Historia en la realización del Diccionario Biográfico Español. Participó como informador en la elaboración del libro Fuentes de La Rioja: Mitos, leyendas, habladurías y otras verdades, editada por la Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno de La Rioja. En los últimos años ha hecho diferentes aportaciones como articulista para la revista Belezos.